La calle era larga
Larga hasta el punto de no sentir las manos
Y el árbol fue mi amigo esta noche
Canta me decía la noche
Y yo no podía verla
Su oscuridad encandilaba mis ojos
Y sabes que mi voz se esfumó
Se consumió en el buen veneno
Me encaminé hacia dentro de la guitarra
Y me comí las llaves de mi casa de hambre
Y tu nombre sigue sonando en el aire después de mi grito
Y llega el momento de la quietud
Donde sé que estoy vivo...
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