Inunda las cimas los filos las sienes, inertes se vuelven de simple y corriente, de siempre se escuchan desiertos rehenes los gritos las vidas los ecos de siempre recuerdos futuros recuerdan la inunda, desertan el dejo el celo e infierno mas alto llegamos logrando los cielos sin dioses ni marchas ni gritos ni glorias.
Alcanzan los áureos reflectan los vidrios los ecos exitan exilios tardíos. Las tenzas pupilas discordan las uñas de soles, desolan, maltratas y furias. Lujurias encrespas destrozan y matan hormigas y amigas destripan y riman. Lo etéreo lo frágil las tripas lascivas sumergen y absorben rebrotes remotas.
Intruso devuelta a constante retiro, Defuegoos Hiyeloos, Denievees Hizieloos.
13 de octubre de 2009
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