7 de marzo de 2010

ºAuguriaº

Negras alas zumban sonrisa de cactus y polvo de roca en el camino a casa del nocturno monje animal. La oscuridad vencida por la luna que no emite más imagen que su ojo rebotado en el iris aledaño. Manta de cien años con destellos de roces pasados, ancestros escuchando en las paredes cómo vuelven a crujir sus cosas. Sus tenedores sin dientes y sus platos gastados hasta la nada, un abismo en el baño y la ausencia en el espejo de Delia. Su madre descansa en un clavo obstervando hacia Él Vacíoh. Brotan espinas del jardín inmaculado, los insectos en su extraño dialecto, planean abrir la tierra de un espejo rojo que encontaron en el poste con forma de cruz. Los perros gritan "¡Heil putas heil!....la antena de tu séptima costilla abdica desarrollo estupefacta argolla diistendida alrededor del sol. En Brutoh!----serán amenazados.

El infortunio no es comida en la jungla multidimensional observación de transplante sensorial para con la elipsis concéntrica en estrambótico movimiento boticario. (en el espasmo espiritual, Alcance. Espontáneo diálogo vegetal entre rubicundos pastos y musgos creciendo entre párpados y contrapiernas campanales caídos de mirada musical y perfume ovular generador de sistemas, incondicionales estragos vaporoses y aluviones de inexpresión masando la máxima abstracción.

Absoluto desmembrane del yo. Seremos nunca más que ahora.
Ruta solar ilimitado destino. saber no saber. Golpeteo alegre entre capacitados exploradores muertos de antaño en milagroso conjunto solitario.

Al pronunciar éstas palabras irrumpirá el ocaso del estrago perdido en la titilante pupila del ojo aéreo.

Finísima porción indiferente la máxima disimulo de infarto de carne y desangre en originario sitial. Las muecas incitan primitivo mirar de nubes. Azaar. Desolado ventrilocuo de ciudades baldías hormiguean las siniestras manitas de pescado, de la pequeña Auguria, disimulo de sus miedos. Millar de pies acuchillando féretros secretos en la pupila del cigoto. La virgen reza a los pies del carbón de huevo, petróleo insipidez presidentes asqueados vomitando en los pañales del anciano. Lloran querer morir.

La blanda hyprarreal coyuntura de esfinges ciclópleas descriteriados corredores andados de niebla y Sol escondida tras del cerro follando a la Quebrada húmedo de vida.

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