19 de junio de 2011

Derramó su limitud y quedaron no solo vacíos y heridos, más abajo de la tierra se encontraron aceptando quenadie más que él, valía menos. Sería canción fúnebre bajada del sueño o un llanto ahogado perdido en un grito, y mientras desfilaban sonrientes, cayó en la cuenta de que era demasiado tarde. Lleva una cruz clavada en la espalda y derrama sangre tibia aflorando un olor de calma, cantan al pasar Muerte muerte con él, lleva anclada a su pena una luz misericorde, y aunque todos escupían sobre el sin nombre, se colgó de sus recuerdos.

La vida se despide

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