Los círculos se fríen a los pies del son de luna
El pasto verde del sol de ayer
Estaban riendo el ayer de guitarras y baterías, ácidas, chorreantes de dolor
Conjurando los cuatro dedos, alzados en posición de fuego
E íbamos corriendo por al medio de las luces y no dormimos nunca.
Impresores de un rojo musical daban aliento a los gritos de silencio
Mientras despojos de un dios nuevo se formaban en sus conciencias
Y en sus espíritus...
Luna entrando en banderas, por uñas, por baños y espejos
Soles fregados en pupilas de fantasmas
Árboles de párpados cerrados, cristalinos de savia y éter
Fuego y ceniza, bajo huesos calmos
14 de abril de 2014
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