22 de abril de 2007


Escuché con atención cómo les colgaban

parecidos a árboles de navidad, pequeños sacos de futuras concecuencias.

Pero me di cuenta que tenían ya viejos sacos y que éstos se renovaban con los nuevos.

También me percaté cómo sus corazones latían fuerte al punto de escuchar el son;

Y sus ojos.........expresaban tan tan humano.......en realidad su boca.

Ruidos: les llaman palabras, unidas, tan personales, tan verdaderas como tienen que Ser.

Para mí, el juez, era Lamento...

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