28 de noviembre de 2010

Luciérnaga Meteórica

Colgaba de tu sueño, a un instante el despertar, era un perro viejo que ladraba y tú una luciérnaga meteórica, toda junto a mí, esféricos, aureólicos, una simple llama única, verde esmeralda, atragantados de vida, succionando las nubes, adentrando las noches, mal|tratando. Suplicamos mantras, dibujamos mandalas con nuestra sangre, adornamos el cemento donde moriríamos esa noche y no fue así y los grillos soñaron con nosotros. Y yo salí de la tierra y me fui hacia el vacío y escuchando tus sueños desde lejos, imaginaba...

Caían los párpados de las ranas, el mareado escorpión, mosaicos suturados a los pies, y de un invento no queríamos oír sino gritar hacia el silencio del hastío herido, y las manos azuladas recorrían la recámara, de los sesos oblicuos, y mis robados sepulcros de mis yoohs pasados, desesperas al tratar de entender. Oh dijimos al partir, sin temor ni despedidas, nuestros huesos no lloran.
Cántame la caída de la lluvia o dame un poco de tu arena ancestral. ¿Aún debemos?

Y teníamos once dedos en el sueño y yo lo cortaba para tí
Y teníamos tres ojos y yo lo liberaba para tí
Teníamos una vida y yo morí.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario