La lluvia desata los colores, altruista despoja de arrebatos los cielos edificando horizontes manchados de sueños, dramático portal meditabundo rasgado por una súplica derivada de nuestro subconciente. La originalidad de lo caótico origina La Orquesta fulgurando dones a porfías con sedimentos hasta las córneas. Meditabundo se somete a las huellas del paraje escapado, electrizado pelaje de salvajes nubes de carne, disparatando vacíos hacia lo aledaño, aquél minúsculo momento de la transmisión.
Se puede Entreer dijóle con entusiasmo...
2 de junio de 2009
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