12 de mayo de 2013

La Alquimia del Vórtice

Agarrada de las pupilas, conecta pertenencia, sube bien alto y mantente en la cima, de tu estar sobresaltado, de mi sueño alborotado, esperando tu cielo adverso, multiplicando tu sonrisa en la noche oscura. Advierto un silencio más grande y mudo, ensordecen mis visiones, el eco de tus pasos, el barrido de tus ojos, nuestro mundo alienado y pintado en rojo, por mi sangre y tu belleza, las ideas van decantando en baldes pequeños, mutilaciones de mi ser que abarcan tu presencia, siendo ausente que te siento, respiras nuestro mundo, que es mi bajo tierra, como explotan nubes de olvido en derredor, boorrándonos del mapa, suplicando violencia y caemos en la cuenta de un rastro dorado que dejaste junto a mi, que desde acá lejos puedo diferenciar de entre las grietas del nudo, cómo se balancea en la quietud de esta inmutable noche de soledad.  

Podríamos borrar las siluetas de las sombras y claudicar hacia nosotros todo deseo apátrico de vida, y boordear nuestras pieles que fundimos inmateriales en la trascendencia del apego, sentir dentro nuestro, los soles de tu vientre, las nubes flotarnos y en la alquimia del vórtice, darte todo, saciar mi gula de nada, hastiar los sentidos hasta no sentir los latidos de mi tierra extraña...

Atrapar tu risa lejana y pegar en la locura por siempre...

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