13 de mayo de 2013

Subo las ruinas y encuentro una mano sin carne, sin huellas, sin dedos ni cuerpo, que sana purgando, tiene seis ojos y nueve oídos, uno bien levantado hacia la demasía. 

La materia será degradada en su totalidad. Los árboles se abrirán de los párpados, de los pies raíces místicas absorberán una calma impagable, los cerdos llorarán y nuestra manada ensoñada flotará los jardines plásticos.


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