4 de noviembre de 2008

El Susurro de Las Sombras

En un pasado no muy lejano existió en La Tierra un ser destinado a cambiar la historia de la humanidad. Un ser Allado, superviviente si se puede llamar así. Permítanme contaros su menuda historia.
Al igual que la sangre, me tomo la palabra en rojo y pido atención al silencio que se formará después, habló. Comenzaremos el día invocando al Sol matando a la negra noche; necesitamos un sacrificio por cada Luna muerta.
Masa, silencioso y atento, escuchaba sobre la montaña más alta desde donde se podía ver la isla en su plenitud. Por entre las nubes se oía la canción de la muerte y con ésta amaneció y se inició el día. Cazó una mirada de un pájaro y las garras del león. Bebió de la sangre de la virgen del pueblo entregándole su vida a cambio de un disparo de ilusión. Él sabía que del cielo cayó el grito y que éste se incrustó en el alma de la vida misma. El grito era sólido y misterioso. Su misión era destruir la destrucción, para luego crear la creación creando.
Masa, criando niños fecundados con el don universal se llevará a cabo, habló por sobre la orquesta natura. Las venas del mundo se unen en mi corazón y éste explota eternamente haciendo que del cielo caiga la escalera y que las sombras entren de nuevo a la oscuridad. El sol me contó esta mañana que quiere los ases de luz de vuelta. El calor se agota, pero la vida sobrevivirá. Nos haremos livianos hasta el punto en que veremos implosionar nuestra propia energía divina. Por el momento te aconsejo beber un buen sorbo de Sol para purificar tu errado respirar almático. Pequeño Masa, gran conocedor de las paredes de atrás; aquéllos rincones exclusivos donde la luz no gusta, donde la oscuridad se divierte con sus amantes, ayeres hubo en que le di mi corazón a un perro hambriento, sus ojos eran como los tuyos, sedientos de vida, de muerte, de amor, de esperanza, de ilusión, de plenitud. Come dije, pero se abalanzó hacia mí y se metió en mi boca; su ahora no pudo ser. Otro vestigio de vida se me acercó cierta vez y dijo, tengo frío, así que fui y corté el árbol más grande para hacerle una inmensa fogata, aún así, frío. Fui entonces en busca de un fuego del cual me hablaron, un fuego perdido en el tiempo, invisible, un fuego que nunca se apagó, más bien nunca se creó, éste existía antes de la existencia misma, antes de la nada. Lo busqué y busqué y no lo pude encontrar. Morí; volví, lo busqué y morí nuevamente, así sucesivamente miles de vidas muriendo en todas. Tristeza era su nombre. Ayer tuve un sueño donde no soñé nada; me di cuenta que estaba ardiendo desde antes. Fue entonces que mi espíritu me habló en ese comunicar de sentires elevados. El fuego era yo, el tiempo se hizo infinito. Mi alma de cien pies, mi cuerpo y su sien electrificada, cual Buda de cien manos. Corre voz, escapa de mis demonios, escapa de mis dominios, hacia la luz. Mantente ahí y llévate contigo a la razón, ya ha hecho suficiente, o mejor, llévatela por un tiempo para poder descansar mi fatigado cuerpo. Un soplo más de viento y el olvido tomará mi mano para siempre. ¡Apuraos, mentes parlanchinas!
Luego de haber dicho esto su brillo se intensificó y prosiguió en una especie de inmaterialidad corporal; su cuerpo se hizo luz centella y prosiguiendo abrió el ojo:
Abrí el ojo hace eternidades atrás. Tus ojos, Masa, se pierden en el horizonte. Ahora que mi energía es pura, puedo hundir mis manos en La Tierra para que ésta se empape de mí, del agua que corre por mis venas. Mis raíces se habrán renovado y el gran árbol saldrá sobre tu cabeza. Tus pies semienterrados por fin danzarán al son de los latidos térreos. Desde tu nuca saldrá el espinazo perdido, dormido, hibernado.
Y con el pasar del tiempo algo encandiló la sien de la vida. Era Masa desde las alturas de la montaña, hecho luz, sobre la copa del árbol. Sus destellos cayeron rodando por la montaña hasta alcanzar las fuentes del mundo entero.
La sangre ya no correrá hacia afuera como lo hacía antaño; fluirá magnetizada al corazón, al ciclo, asemejando el correr de savia diamantina, musicalizada. Ahora puedes cerrar los ojos, siente cómo te vuelves liviano, levitando sobre lo etéreo.

1 comentario:

  1. PASE NO MAS , invitado a sumergirse ..yo me quedare leyendo tu blog , se ve re bueno
    Saludos
    Natalia

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