Mares Eclipsados

Mares cloroformos adormecidos volteadas camillas lápices dorados y bocas rojas entreabiertas eras de idiomas y lenguas absolutas. Dispara la ilusión dando nunca en blanco adherido, sutilezas de artesanos caminantes pintores cantores, baldeando las calles en tonificadas cascadas multicolores.

Se diluye en su frente cual infinito lapso apreciado, suelas azucaradas por montañas de infusiones mágicas.

Letra equinoxio viable, portal asimilado siempre mortal veneno veleidoso atractivo enzimático, dispara sutileza bajo las uñas color tierra. Carcomidas cartas atemporales para nonatos, nunca afiebrados, nunca llorados, nunca amorados. Lo colgado de la lumbrera se queda en la lumbrera sin aviso ni rentas adoctrina moleculas sinoidales.

Sinapsis entrega total eclipse apelmazado en constante fin inequívoco, inacabado surtido vendido al menor postor, el perdedor de cierta apuesta deja vacíos los panes de los estómagos, vacíos los dientes de la boca, armonioso ocaso dulcificado por sangría deslizada sobre espinas terapéuticas.

Debajo de los ojos se encuentra el perdido grito de placer, el territorio misionado, la cúpula del misterio alabado, máxima despreocupada no apreciada por lengua azulada ahorcada de vacuidad.

Sondea los mares eclipsados dejando una huella para volver, volver de la entrada espejeante al añorado paraíso terrenal; orgásmico cielo somnoliento.