14 de octubre de 2008

Y Ser Cena lo Oblicuo

Aguarda, sostiene que rayos siderales bruscamente retornan por acueductos espermales

Una última llamarada nos espera en la boca de la cueva, abismantes Neoplásticos con batas hippies recuerdan cómo flotaba el impulso sobre licuados enjambres calavéricos.

Clama lobriego alúd de sonata álbica, desmembra aforma el cuadro que se mese en el interior de la llamada Institución, el ataque de supuesto civil morfación.

Hey, durante cuántas décadas moriremos hermano divergente

No llama a las puertas de barro, teje alentadora estupefacta libertaria estructura fálica, dulcificada con almíbares de licores de octanajes divinorios, llevan frutosos billetes bacteriosos untándolos en fracturas de ímenes sagrados. Levita, mugroso misterioso impertinente asiduo entrometimiento de fisuras magnánimas, mausoleos con antenas directas al escudo ilusorio de la sexuada muerte.

Lanza hecha de esternones, vasos rodilla dedo cuchara mano inútil, ojo pétrico, piel adornando piezas presidenciales, lenguas a la hoya, venas centuriales, corazones abonales de plantas sepulcrales, dientes danzantes en el plato del misterio.

A lo Desconocido Sumergér el Ser, atrae el sol, detén la respuesta antes de formulación alguna de pregunta existente, algoriza ahora después y durante de ayunos inspirituales, ayuno de nieves solares, ayudo de afluencias machacantes, kábalas sistemáticas y canales pútridos, mentes naufragantes, mentes náuticas, navegantes Nervióticos.

Ley adolorida suicida hija de falaceas, bazofia purulenta, dejad caminar al prisionero de las cuencas retinosas.

Y Ser, Cena lo Oblicuo; Sercena a respiros todo tu malvenir. Sanatorio ambulatorio, espertando de camas cinerales.

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