Suenan los tambores caen los árboles duelen las risas marcos de piedra fotos de radio buses de techos y camas enfriáticas
Es que cree que el amor el sabor de compañias de bancos y manos eléctricas y pausadas hojas soñadas roneo y tintas billeteras botones y uñetas y amigos y vasos rotos y ojos rojos. Pasaje de enredaderas dejan caer sus semillas en nuestras bocas y decienden por los conductos hasta un cerebro azulado deriba en brotes socorristas y mañanas pasados juramentos parlantes grabados en cobre y monedas encarnadas entre los párpados de nuestra calabera.
Ritmo de playas estupefactas llovidas por goteras ácidas.
La ventana edificada transparenta anhelos de fetos mutilados por niñas no distritas y tripas llenas de billeteras con sueños mojados y naves naufragadas en los recovecos de las memorias biliares bliblias para quemar hierbas nosferatas.
Hey pitoniza lo desfalcado en el fraude de la comodidad, el veneno mejor vendido.
17 de octubre de 2008
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