Canibalezco Estado de Shock

mezcla de acuarelas infantilezcas, marejhadas de acueductos, cayendo a destajo por entre sobre nuestras cavidades y mentes, propaganda del eterno rumiante vidente, asemejando letrinas doradas, pisos húmedos bancas y noches eclípsicas. Bienestar incrustado en ojos albinos, crucifijos anhelados juntan mantras etílicos en pliegues carnales, bolsillos lijeros, almohadas pétricas, amóviles estandartes y ruinosos pórticos. Paseante somnífera niñata, serpenteante visión, imantada luciérnaga fogueante, suicida directa al ímpetuoso deseo envolvente. Prima la inconsistencia adheriéndose por los costados, sacrílica portadora de letanías.

Sucede que nos llevamos nuestro impulso hacia Lejano Paraje, Ansiado.
Nos comemos los unos a los otros en Canibalezco Estado de Shock.