Se enciende el horizonte nos encontramos en la sima de nuestros allanados sueños, deslizarnos como gotas hacia un cielo límpido. Vuelan metálicos sonidos por cabinas de ojeras pasajeras, se desbordan los sentidos en un acto teatral donde nos volvemos íntimos con nuestra subconciencia.
La injusticia se libra en todo escenario liberándose el viaje de escapar a nuestras carnes.
Podemos caer y levantarnos al juego sin fin, ponerle fin a tanto adorno, faltar a nuestra credulidad sería cerrar la cortina a fantasmales impulsos de adoración. Vitalidad sanguinaria violentada, viral contestación encerrando misteriosas visiones de un futuro tomado por afilados deseos de elevación.
La injusticia se libra por doquier y vamos volviéndonos dóciles con una rabia acrecentada producto de ilusorios toques de poder. El desencaje toma la palabra.
15 de abril de 2009
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