Qué sueño el de ayer;
¿podría ser que todavía estoy soñando?
No lo creo.
Miro el viejo espejo y no veo mi reflejo.
¿Será que me levanté demasiado rápido y mis ansias se quedaron en la cama?
Toma su amargo café, agarra sus herramientas y parte.
Un último vistazo en el espejo; nada.
Cierra la puerta y se encamina en búsqueda del lugar,
aquél que le contaron sobre la devolución de la ilusión.
Pero una duda hace detener el paso bajo el viejo árbol y se pregunta,
¿dónde está mi sombra?,
y recuerda que se la llevó el sol.
12 de octubre de 2007
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