Abordamos el movimiento asimilando su silueta persistente
Dejamos nuestra piel en la hoguera de fuego negro
Extendemos los brazos y curamos las llagas
Para al fin trastocar nuevamente la realidad
Mira cómo suele pasar ante nuestra retina
Veloces ases de luz se confunden con las sombras del horizonte
Viajando sin frenos impulsados por la corriente
Nos hundimos en el río de sabias experiencias
Vamos un paso a la vez priorizando los látigos
Más, más, un poco más
Trenzas de serpientes vuelcan en nuestros ojos
Y locas nubes de colores parlando
Oh, nos fiamos del oráculo imaginativo
Tentaciones con candor de pieles
Hipnotizan abordando la nave indígena
Recordando el son primitivo del instinto.
10 de octubre de 2007
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